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margotdelcastillo

A mi padre

Eres piedra, Padre,

porque la piedra coge las simientes,

se desgrana y convierte en campo;

porque el agua fluye sobre ella

y la transforma en sonrisas.

Eres árbol, Padre,

señero, dulce y firme;

desde tu copa me enseñas el camino

y con tus raíces me aferras a la tierra.

Eres agua, Padre,

alimentas el manantial de mi ternura

y acopias en tu cauce mis tristezas.

Eres viento Padre,

dulce, atropellado y roto,

aleteando siempre en mi corazón.

No te conoce nadie, o quizás te conocemos;

(sólo lo sabes tú)

pero, hubiera preferido ser huérfana

allá, en la muerte,

a no tenerte, aquí, ahora,

en lo que conozco, en lo que he vivido.

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