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margotdelcastillo

¡Cállate!

¡Cállate!

¡Cállate!

 deja que el silencio

 

oculte el amargo

 

rencor de la palabra.

 

¡Cállate!

 

que cuando volvamos a mirarnos

 

será muralla peligrosa

 

la torpeza  dolida de la boca.

 

¡Cállate!

 

mientras cierro los ojos

 

reconstruyendo la inocencia,

 

tragándome el miedo.

 

¡Cállate!

 

Deja que se enfríe

 

el juego de bravura

 

y la insolencia duerma

 

el sueño voraz de los injustos...

 

Y entonces..

el silencio será dedos

 

auscultando la temeridad

 

absurda,

 

de seguir amando.

 

 

 

 

 

 

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