Prohibido
Y el fuego del deseo
cuerpo adentro..
humedeciendo mares
calcinando cardos..
No hay cabida
a la cordura
abatiendo a pausas
la voluntad..
Asesina el yunque
hasta la lágrima,
arrima bocas
ciegas de sed,
y el caldaso tienta
en piel robada
la lengua presurosa,
ajustando la horca...
diluida en tí
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