Fraterno
Hermanos,
el cielo está gris
de tanta esperanza ahogada,
tanto tiempo cambiando,
rompiéndo puentes trás de mí,
que se me hacen ajenos
desde el funeral de la infancia.
Comprendidos,
habríamos sido otros,
certeza de amor fraterno
y no silencio desgarrado.
Y heme aquí, en silencio,
temiéndo que me oigan
en el presente tardío
que nos regalan los años.
En el tiempo y la distancia
estoy de nuevo entre los mios,
los viejos lazos me atan,
tanto dolor en los huesos,
tanto tiempo de frío.
Todo se llena entonces
de presencias sin límites,
misterio final de las cosas,
lo que ayer amaba..
todavía existe.
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