Deudos
Van llorando
detrás del féretro
en deguello de flores,
pálidos y jadeantes
con la prisa fugada del invierno
al borde de la primavera.
Y el viento gime con fuerza
al paso de tanto deudo
que enfrenta su propia muerte
llorando la muerte ajena.
Y angustiados se dan prisa
en concluir la tarea
y retomar cuanto antes
su efímera existencia.
.
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