Nunca mas.

Nunca mas
ser mujer de agua
(aún mas de que soy)
para irme corriente abajo.
Y el deseo
mortaja de fuego
que arremete con su espada.
¡Nunca más!- me prometí-
escaldada en la sal
del ultimo hervor.
Y la calentura
indagando fantasmas
desvelados
entre las piernas...
¡Nunca mas!
Para que llegaras
¡prodigioso!
con tus ojos de arena
filosos como dagas
abanderillando la sangre.
Resucitar al tercer día
sabe a milagro sudoroso,
a revoltura de cama
y a un poquito de culpa.
0 comentarios