Oración
Calenturienta me embalo
orando gárgolas secretas
al pie del crucifijo...
No basta la fé
para expiar las culpas..
No basta un padre nuestro
y los dogmas enquistados
en la memoria de niña.
¡Perdón!
y queda grande la palabra
desafiándo historias.
¡Perdón!
Y el acre sabor de la condena
precipita en ahogos
la sangre inmolada...
No retorna la esperanza
ante el silencio de los dioses.
No cambian verdades.
Mientras la vida continua
me lacera profundo...
un Cristo muerto
en las rodillas.
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