Sed
Lo poseyó la locura
en la última copa,
dos cuajarones de odio
le desvelaron los ojos...
afirmó bajo la manta
la desgracia del cuchillo...
(agazapando pesadillas
no le tembló la mano)
y fueron de vino los cortes
que desangraron la noche
mordiéndo la carne ronca
hasta extinguir la sed.
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