Cautiva

Amor de desgracias y cielo...
me arrastro al filo de tus rojos
pesando campanas...
vivo de frente a tus silencios
descorazonada y ambigua
tensando la cuerda de tus violines...
¿Quién eres
cuando la mirada destrona la ternura
y la boca esgrime glaciales?
Ensayas el primer acto
y el público de mi piel
te da la bienvenida...
ansiosa escarbo
bajo tus párpados
en el sino de los gemidos...
Ausente la sangre no anuda
los caballos alados
que movilizan el viento..
y en la penitencia de tus manos
arrojo estrellas
amortizándo la caida
al vacío de mi pequeña libertad.
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