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margotdelcastillo

Besos

Besos

Me duele la boca

 de tantos besos

despiertos sin espera,

sin acantilados que los rueden

a la desesperanza,

como ríos y luciernagas

corriendo en la piel,

aterrizandome sin paracaidas

en la tibia saciedad

de los orgasmos.

Y allí viene la aurora,

para dormirnos

 sin oscuridad

y nos vuelque en vacios

luminosos,

 nos abra espejos en la piel

y nos cante una canción sin fin.

Hasta que de nuevo

me duela la boca.

 

 

 

 

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